Hola a todos.

Me permito expresarles unas reflexiones y conclusiones que tengo respecto al asunto que estamos viviendo los que trabajamos para Mexicana de Aviación.

Primero que nada debemos de ver con claridad, que el enemigo no está en casa, ASPA es nuestra unión y nuestra fuerza, aunque haya sido debilitada por las circunstancias.

No es el momento de buscar culpables, sino que debemos buscar soluciones. respecto a la carta que envío el Capt. José Miguel Carranza, antes que nada es mi amigo y compañero, lo respeto y lo estimo, más sin embargo no quiere decir que esté totalmente de acuerdo con él. Por un lado entiendo su disgusto ya que por un lado cuando abrimos nuestro contrato y reducimos nuestros, cuando entro Gastón a la Administración, actuamos de buena fe y quizá hasta un poco de manera inocente, sin saber lo que pretendía hacer con Mexicana. por otro lado se nos informó y ya después se aclaró, que los que fuéramos recortados, tendríamos que firmar nuestra renuncia. 

Ante éstas y otras circunstancias, mi querido Pepe, se inundó de cólera, que es válido y escribió lo que leímos en su carta.

Si somos realistas y tratamos de actuar de una manera responsable y analítica, lo que nos acontece en este momento es que mexicana no doble sus alas, por lo tanto lo que se votó en en esa Asamblea fatídica fue producto de una reflexión profunda y respeto a cada uno de mis compañeros de la manera en la que hayan expresado su voto.

Por otro lado el Comité de ASPA, es el que nos representa, nos guste o no, así es, luego entonces, debemos apoyar a nuestro Comité y si es que Mexicana levantará el vuelo, luego sería el momento de afinar, bajo que condiciones laborales.

A mis compañeros sobrecargos a los cuales me dirijo con mucho respeto y afecto, los invito a reflexionar y después de eso negociar.

No es fácil para nadie de nosotros la situación por la que estámos pasando, es muy fácil dejarnos llevar por la impotencia y coraje que esto nos causa, porque definitivamente nosotros los trabajadores no fuimos responsables de poner a la empresa en esta situación.

Hablamos mucho de que mi voto será a favor o en contra, más que eso debemos realmente preguntarnos qué es lo que queremos, con qué contamos y después de eso decidir que es lo que se va a hacer. Espero no haber hecho esta carta muy cansada para ustedes, pero si me queda muy claro que si no estamos unidos y caminando juntos, será cada día más difícil una posible solución.

Reciban un saludo afectuoso y un abrazo cordial.

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